miércoles, 15 de enero de 2014
Una delicada bebida
Si el mayordomo, tlachiquero o extractor del aguamiel, toca el maguey con las manos grasosas o contaminadas con alguna sustancia tóxica (insecticida, gasolina, cloro, etc.), la planta morirá, debido a lo sensible de su membrana. La piel del maguey es gruesa y sus pencas tienen espinas, una fisonomía natural que la mantiene protegida de los animales. Lo único que puede atacarlo son los gusanos que perforan sus pencas o las larvas de los chinicuiles que se comen sus raíces, y que aún así se han convertido en un manjar gastronómico a nivel mundial; no afectan al aguamiel.
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